Despacho del Taicho

por **Kondou Isami** Miér Ene 19, 2011 6:06 pm

Spoiler:

El despacho del Taicho se encuentra el final de un gran pasillo, donde la primera parada se encuentra el cuarto del teniente, para luego proseguir la marcha y toparse con el de Isami. La puerta principal es corrediza, presentando una madera bastante oscurecida y un papel tapiz de color blanco, donde se encuentra el Kanji con la palabra Taicho en el medio. Luego de que se abra dicho objeto, lo primero que se podrá observar es el color del cuarto. Desde los muebles hasta las paredes presentan un patrón claro y bastante cuidado, lo que deja a relucir el estricto control que tiene sobre su escuadrón.

El tatami es de un color beige claro, presentando dos de estos, oscurecidos justo en donde se encuentra una pequeña mesa. Es de un color marrón oscuro combinando con la pava y los distintos utensilios para la hora del te que reposaban sobre esta. Cerca de allí se encuentran dos cojines, uno para el Capitan y el otro para el invitado. Ambos son de un color marrón claro, con un diseño blanco justo en el medio, haciéndose notar que es un circulo.

Hacia la izquierda se podrá observar una fuente de agua, siguiendo el típico curso de ella. Sobre y encima de ella se podrá notar una pequeña pintura de una rama con sakuras sobre él, floreciendo y cayendo, en el fondo un cielo despejado haciendo notar que es un cuadro que representa a la primavera. Hacia su derecha reposa un gran mueble antiguo, donde solo se podrá abrir con el reaitsu del taicho y el fuku-taicho (siendo la única persona que puede ingresar sin el permiso del primero). Esta extrema seguridad radica en que allí, se encuentran toda la historia clínica de la Sociedad de Almas.

Por ultimo detrás de donde se sentaría Kondou se puede observar una ventana con cortinas blancas y de seda. Cerca de allí, para ser mas exacto hacia la izquierda justo en la pared, se puede observar que hay dos clavos sobresaliendo de esta, esto es para que la zampakutoh del Capitán repose ahí. Aunque muy rara vez es utilizado por este.

Los colores y la forma en que los muebles del cuarto se encuentran distribuidos, se basan en en el sistema ancestral del Feng Shui. Algo que debe tener en cuenta unos de los personajes principales, que se dedica a la sanación de los heridos en el Sereitei. Mientras mas cómodo y felices se sientan al ir a su despacho, esto beneficiara tanto a la moralidad como el accionar de los shinigamis.

[Quien quiera hablar conmigo ... pase por aquí =B]

por **Carmina** Lun Ene 31, 2011 8:57 pm

Una tarde fresca con brisa de verano, que movía con vigor los árboles con estilo japoneses, estos mismas dejaban caer sus hojas rosadas mientras recorrían todo el Seiretei en una especie de búsqueda, una búsqueda de paz y armonía para culminar con aquella danza magistral. Una figura fúnebre rompió la tranquilidad visible, caminando con irreverencia y arrogancia, pasando entre los pétalos de rosas, que con una velocidad sorprendente cayeron al suelo, como si pesaran 5 kilos más cada una, aquella presencia tan abrumadora hacía su introducción, a primera vista, un sujeto casi escuálido, a lo cual no daba alguna apariencia temible, el individuo venia con la cabeza baja, y presionando con su mano derecha el antebrazo izquierdo, su traje de capitán estaba completamente blanco, pero en el mismo lugar donde hacia presión con la diestra, se podía ver un pequeño brote de sangre, que le llegaba hasta a los dedos, para escurrirse y dejarse caer por la fuerza de atracción del planeta, dejando un pequeño rastro de gotas minúsculas rojas, que delataban aquella herida.

El capitán de la 8tava división, “Animus Carmina”, era una persona misteriosa y que nunca daba razones para fiar de ella, siempre sólo y a veces se le notaba conversando con su Katana envuelto en melancolía, aquella apariencia tétrica no influía confianza en casi ningún shinigami, por lo que hacia a la octogésima división la división más vacía y siniestra, aquel sujeto traía su traje shinigami bastante opaco, recortado por los hombros, unas accesorios en el cuello de cuero con colmillos de lo que parecían ser reptiles, tal vez una cobra debido a su tamaño, el Haori de capitán llevaba el símbolo de la octava división en su espalda, acompañado de su Insignia, el ave del paraíso, la Katana se encontraba a sus espaldas sobresaliendo por su altura, con el mango color rojo sangre que lo caracterizaba, el sujeto no levanto la cara en ningún momento en su camino a la 4ta división, era testarudo y sabia sobre anatomía, pero tratar una herida de esa profundidad el mismo, era un riesgo que no podría correr.

Llegó hacia la puerta corrediza, con pasos lentos e indecisos, tal vez la perdida de sangre lo había confundido, levantando con semblante doloroso su mano derecha para dar un golpe en seco en la madera, anunciando su llegada… -Capitán Animus Carmina, es una emergencia… -Musitó para introducirse con desanimo, aquel tono de voz grueso y luctuoso, que aun mantenía un ligero aire juvenil, entretanto esperaba recostó la parte derecha de su cuerpo sobre la fina madera de la cuarta división, aun sin dejar ver bien su rostro y llenando un poco de sudor la madera, humedeciendo donde su rebelde cabello descansaba.

Sin darse cuenta ya la mitad del Seiretei sabia del encuentro de ambos capitanes, algo que Animus ignoraba era el dolor, y el control de reiatsu, cosa que lo privo de los hechizos Shinigamis, su reiatsu siempre se hacia presente como un aumento doble de la fuerza gravitatoria, Shinigamis rasos podrían perder el conocimiento con solo pasarle por al lado, aquel sujeto daba una mala espina, y sin conocerlo, fácilmente cualquiera podría deducir su pasado.

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